Cuando nos dirigimos al trabajo, aún con el aroma del café y la camisa todavía fría suceden cosas maravillosas. Aún no estamos con la cabeza pensando 100% en los asuntos de la empresa, y la imaginación todavía recogiéndose en los sueños de la noche y del fin de semana, sigue con nosotros.
Vemos situaciones, colores, formas, y tienen algo especial, cercano… que seguro cuando volvamos a ver por la tarde no reconoceremos.
Quería mostraros lo que me encontré hace un par de semanas de camino al trabajo… vi esta explosión de color, decidí pararme y regalarme unos minutos. Tampoco es tanto, verdad?
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